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    Teoremas que fallan y teoremas que funcionan

    Publicado por Raimon Obiols | 18 Junio, 2009


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    Había un “teorema” que algunos planteaban de cara a las elecciones europeas. Un esquema que no ha funcionado y que venía a decir que: 1) La derecha es el campo del capitalismo; 2) El capitalismo está en crisis; 3) Por lo tanto la derecha también lo está; y 4) en consecuencia la izquierda tiene que ganar las elecciones europeas.

    No es que haya fallado el teorema. Es que es un teorema falso: la realidad no funciona así. Nunca funciona así.

    A propósito de esta cuestión, Jessica Fillol comenta un post del blog de Jordi Sevilla en el que el ex-ministro muestra perplejidad por el resultado de las elecciones europeas.

    Sevilla, escribe Jessica, “argumenta que han estado las recetas neoliberales las que nos han llevado al límite del precipicio de esta crisis que estamos sufriendo, las medidas que están cogiendo todos los gobiernos a un lado y el otro del Atlántico son de cariz socialdemócrata … y, aun así, hay elecciones y las gana la derecha. ¿Le ha faltado rematar su post con una pregunta retórica del tipo “¿Nos va la marcha o es que somos tontos?” aunque estoy casi segura de que en el fondo esta pregunta le bailaba por la cabeza“.

    Jessica Fillol apunta cosas interesantes, a propósito de las elecciones en nuestro país. Saca la conclusión que hay que hablar de manera más clara: “La gente sin estudios universitarios, que ni son politólogos ni entienden de economía más que las nociones básicas, se pierden con determinados conceptos, tanto políticos como económicos. Tendríamos que hacer pedagogía y hablar más claro. No hacer campaña electoral para la gente que no tiene ni un gran interés por no seguir los debates de la agenda política diaria con entusiasmo y apasionamiento, ni masas ganas de atender a políticos que hablan extraño y usan palabrotas que desconocen”.

    No estoy diciendo” añade, “que haya que tratar la ciudadanía como si fuese una manada de bobos … pero sí considero que tendríamos que hacer un esfuerzo importante, en nuestro día a día, para no hablar sólo para nosotros mismos y nuestro círculo próximo, para los que están enganchados a las noticias de prensa y radio, sino para la ciudadanía en general, explicarnos mejor, hablar más claro“. De acuerdo.

    Añadiría algo que me parece también muy importante: no se trata sólo de “hablar más claramente” sino también de “actuar más claramente“, es decir, con coherencia. La gente no tiene porque entender los lenguajes abstrusos, pero entiende perfectamente todo lo que hace referencia al lenguaje de los comportamientos, de las coherencias e incoherencias.

    Con respecto a la evolución de la socialdemocracia europea de la última década, a mí me parece que el factor que ha desestabilizado las opiniones públicas en muchos países europeos, borrando las distinciones entre izquierda y derecha, confundiendo los elementos imprescindibles de identidad, ha sido sobre todo la incoherencia frecuente entre aquello que se proclamaba y aquello que se hacía.

    Miramos, por ejemplo, el caso de Blair y de la Tercera Vía, que me parece que explica en muy buena parte las dificultades aparentemente insalvables del Labour de Gordon Brown. Il catalogo é questo: Blair hizo colgar en YouTube un mensaje de felicitaciones efusivas a Sarkozy cuando éste fue elegido presidente; pasó vacaciones estivales en la fastuosa villa de Berlusconi en la Costa Smeralda; asistió aparentemente encantado a la boda esperpéntica de la hija de Aznar en El Escorial; se hizo la foto de las Azores con el entonces jefe de gobierno español y el presidente Bush, etc. A Alemania se puede mencionar otro referente desastroso: el socialdemócrata alemán Schröder convirtiéndose en un rico dirigente del imperio ruso Gazprom un mes escaso después de dejar la cancillería.

    Me parece que son estas facturas las que ha pagado la socialdemocracia europea en estas elecciones europeas. No es un problema de políticas más o menos de izquierdas; no es un problema de “socialdemocratización” sino de “socialmediocratización” política y moral. Y me parece que no habrá un enderezamiento si eso no se comprende. Se puede ser socialista moderado, pero no se puede ser moderadamente socialista. Siempre hay que actuar con un mínimo de consecuencia con los valores que se proclaman. En caso contrario, la gente no lo perdona. Este teorema sí que funciona.

    Categorias: Política catalana, Política española, Política europea, Socialismo | Sin Comentarios »

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