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    Una entrevista en La Terra

    Publicado por Raimon Obiols | 17 Julio, 2013


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    LaTerra-150x150Esta entrevista que me hizo Albert Garcia ha sido publicada en la revista La Terra, de la Unió de Pagesos (junio de 2013).

    La confluencia de amplios sectores sociales, profesionales, culturales y de la lucha ciudadana que condujeron a la constitución del PSC le ha dejado huella.

    Durante la dictadura intentamos que se produjera la máxima unidad posible. Lo llamábamos la política de las tres unidades: unidad de todas las fuerzas democráticas, unidad de todos los socialistas en un único partido y unidad sindical. En el campo de la unidad democrática conseguimos algo que en el resto del Estado no se produjo: la Asamblea de Cataluña. En el campo de la unidad socialista, hicimos un partido que durante décadas ha tenido un peso político muy importante en Cataluña. En el campo sindical, las centrales trabajan bastante unidas.

    En el libro, se nota que, para usted, la figura de Pep Jai fue relevante.

    Fue un puntal del Movimiento Socialista de Cataluña con una actividad que no se limitaba al Vendrell, sino que se extendía a toda Cataluña y aparecía ya en la clandestinidad como un dirigente campesino muy respetado. Fue una persona que amamos mucho. Tuvo un papel como diputado del PSC siempre defendiendo los intereses de los agricultores de Cataluña. He querido ponerlo en el lugar que le toca en este libro.

    Dice que hay que cambiar los partidos “tan radicalmente como se pueda, lo que supone aprovechar la crisis para promover una reforma a fondo”. Hay alguien que lo esté haciendo esto?

    Me parece que lo que producirá esta crisis será un proceso en el que los partidos, que son muy a menudo organizaciones del siglo XIX, con problemas del siglo XX, deberán transformarse radicalmente en organizaciones estables del siglo XXI. Y los movimientos sociales deberán madurar también para garantizar la continuidad y el establecimiento de formas más pluralistas de deliberación. Todo esto, lo veremos en los próximos años con avances y retrocesos, porque las crisis tienen este aspecto de abrir estas ventanas de oportunidad. Es difícil imaginar el resultado de este proceso, pero el proceso está en marcha, es visible.

    No es habitual ver a un político en ejercicio que hace autocrítica del propio partido. Como ha sido recibida?

    Si puede ser de utilidad en un proceso que está en marcha, de renovación radical, no sólo del PSC, sino de las organizaciones políticas de izquierda, ya estaré satisfecho. Mi intención no era hacer un libro de partido, sino un libro de país. Un libro de pueblo. Para mí, lo más importante no ha sido la experiencia partidaria sino la experiencia política en un sentido amplio. He querido reaccionar ante un revisionismo muy potente que quiere presentar el período de la Dictadura y la Transición muy marcado por el nacionalismo conservador. Quien controla el presente controla el pasado. Los que hemos conocido el pasado, debemos reaccionar y reivindicar nuestra parte de verdad, los hechos y la realidad.

    Esto ha ocurrido entre otras cosas porque la coyuntura actual ha hecho que CiU haya dado un paso adelante.

    Existe el riesgo de las políticas lampedusiana: aparentemente todo cambia pero después todo sigue igual. Nosotros estamos claramente por el derecho a decidir democrático del pueblo de Cataluña y nos mantendremos coherentes con esta posición.

    Condicionar el derecho a decidir a una legalidad española no lleva a la inacción?

    Marco estos tres principios: unidad catalana, unidad civil en Cataluña y el principio de la realidad. Hay que desarrollar políticas que puedan avanzar hacia mayores cuotas de autodeterminación, de libertad del pueblo de Cataluña, pero teniendo en cuenta siempre el hecho determinante en política que es la correlación de fuerzas políticas y la realidad. La traición a la realidad tiene consecuencias tan negativas como la traición a los principios.

    La Unión Europea ha acusado el hecho de ser una institución con un funcionamiento tecnocrático. ¿Qué hacer para legitimar esta institución?

    En el Parlamento Europeo saliente de las próximas elecciones habrá más arena política. Habrá más confrontación entre la derecha y la izquierda, los proeuropeísta y los euroescépticos. Espero que esto hará que llame más la atención de la opinión pública. El campesinado ha estado muy atento a Europa, pero los otros sectores de la sociedad no tanto.

    El campesinado confía más en Europa que en los estados y regiones.

    La mayoría de salidas a la situación actual pasa por Europa, no hay soluciones nacionales. La crisis provocada por el capitalismo financiero es por definición un capitalismo global que se refugia en los paraísos fiscales que no debe pasar cuentas con nadie. Hace falta una política democrática de ámbito global, y Europa es el marco.

    ¿Cómo ve esta última reforma de la PAC?

    Es claramente insatisfactoria. Siguen pesando más los intereses del gran inversor más que los intereses de la población. Debemos tratar de cambiar esa correlación de fuerzas. Entretanto, sería un error pensar que Europa debe romper y deshacer. Europa es un instrumento fundamental para nuestros intereses populares. Y ojalá haya un europeísmo más activo en los próximos años.

    Hay un economista que da lecciones de economía en La Vanguardia que dice que los subsidios agrarios de la Unión Europea deberían desaparecer. ¿Qué le respondería?

    El discurso fundamentalista neoliberal muestra una paradoja: está absolutamente desacreditado, incluso los académicos, porque ha dado los resultados catastróficos que ha dado, pero, en cambio, la mayor parte de gobiernos continúan practicando estas recetas. Esta contradicción estallará. La gente anhela en este momento una política socialdemócrata en el ámbito europeo. El problema es que los partidos políticos y movimientos socialdemócratas topan con muchas dificultades y limitaciones. Un nuevo proyecto general, que debería ser plural, pero también unitario, los sectores de izquierda y centroizquierda, debería plantearse la ambición de hacer mayorías en Europa y cambiar las políticas, si no, estamos en manos del capitalismo financiero desregulado y esto va generando paro, dificultades para las clases medias de la ciudad y del campo y paro juvenil a raudales. Ni que sea por un simple principio de acción-reacción veremos un viraje.

    Pronostican que Merkel repetirá como cabeza de Estado en Alemania en las próximas elecciones de septiembre.

    Después de las elecciones en Alemania, habrá un cambio de la política económica en Europa, sea quien sea quien gobierne. Lo que hace falta es que este cambio sea lo más fuerte posible. Es fuera de discusión que los resultados de las políticas de austeridad son un suicidio. No han dado ningún resultado, ni en el terreno de los frutos sociales, ni en el terreno de la lucha contra los déficits y deudas de los estados.

    Albert Garcia 

    La Terra

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