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Un presidente conflictivo
Publicado por Raimon Obiols | 12 Noviembre, 2008
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La visita de Estado a Irlanda del presidente checo Vaclav Klaus (amigo y correligionario de Aznar) ha generado hoy un vivo incidente diplomático a propósito del Tratado de Lisboa, que complicará todavía más las cosas a la hora de resolver el “impasse” creado a raíz del “no” irlandés del mes de junio pasado, y que no augura nada de bueno con respecto a la próxima presidencia checa de la UE.
En el origen del conflicto hay una cena organizada ayer por la organización “Libertas“, uno de los grupos más potentes que hizo campaña por el “no” en el Tratado, en lo que asistieron el presidente checo y el fundador de “Libertas“, el multimillonario Declan Ganley. El presidente checo participó en la cena en el marco de la parte “privada” de su visita de Estado en Irlanda, de tres días de duración. No obstante se permitió participar en una rueda de prensa, escasamente “privada“, con Ganley, en la que no se privó de decir que “temía que la libertad y la democracia no salieran reforzadas con la ratificación del Tratado de Lisboa, sino al contrario“, y llegó a comparar Ganley con los disidentes de su propio país en la época soviética: “Creo que Ganley es un disidente, una especie de disidente en el dispositivo europeo actual“.
El ministro irlandés de asuntos exteriores, Micheal Martin, ha criticado hoy en la radio las palabras “desplazadas” del presidente checo, en la medida en que eran “unos comentarios claramente políticos” que constituyen “una intervención desplazada en el contexto de una visita de Estado, especialmente en unos momentos en los que el gobierno irlandés discute con los otros gobiernos europeos en nombre del pueblo irlandés“.
El presidente Klaus (que debió estar esperando el cuerpo a cuerpo) ha contestado en términos inusualmente duros, acusando de hipócrita al ministro irlandés: “Una hipocresía de este tipo, yo no la acepto. Si alguien no me gusta se lo digo a la cara, y no a su espalda“.
“Tengo el sentimiento que hay inmensos problemas con la democracia que está desapareciendo en Europa, pero cuando veo las reacciones del ministro de asuntos exteriores de Irlanda y de una parte de la prensa, pienso que la cosa es todavía peor de lo que me esperaba“, ha añadido el presidente checo. Radicalmente eurosescéptico, Vaclav Klaus intentó usar su influencia como presidente de la república checa a fin de que su país no ratificara el tratado de Lisboa.
Este incidente, de considerable gravedad, en Dublín coge toda su especial significación por el hecho de que la Republica checa tiene que suceder a la francesa en la presidencia de la Unión el próximo mes de enero. Que los dioses nos cojan confesados.
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