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    El espíritu de Vilopriu, según Corbet

    Publicado por Raimon Obiols | 31 Agosto, 2009


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    Me ha gustado, como siempre, pasar unas horas con todos los amigos y amigas que nos reencontramos, cada verano, en la reunión de Nou Cicle en casa de los De Puig, en Vilopriu. Este año me ha gustado más todavía, por varios motivos, entre ellos la presencia cordial de Pasqual Maragall.
    Quim Curbet publica en su blog una crónica del encuentro, que reproduzco sin permiso (espero que no me lo tenga en cuenta):

    Vilopriu es un pueblo del Baix Empordà pequeño y recogido, habitado por campesinos de secano y por forasteros con alpargatas. Durante el día las piedras de las casas acumulan el calor del sol, las lagartijas sacan la cola por las rendijas y, al atardecer, pájaros oscuros descansan entre las ramas de las higueras. En Vilopriu todos los caminos conducen hacia Empúries y el viento, cuando sopla, lo hace en forma de tramontana.
    Entre los muros del patio de una casa grande, entre buganvillas y árboles frutales se encuentran cada verano un grupo de gente de izquierdas que se reclaman herederos del proyecto que un día inició el socialismo catalán. Lluís Maria de Puig, el anfitrión del encuentro, los saluda a todos y da la palabra a los que tienen que hablar. Mientras tanto los periodistas, bajo un gran granado, se sientan sobre el césped y esperan para escribir sus crónicas.
    El presidente Montilla habla el primero, en mangas de camisa y dibujando una sonrisa distendida. Con voz pausada va solidificando un discurso que empieza un poco acuoso. Explica realidades y deseos, intenta encontrar soluciones allí donde otros sólo saben buscar problemas. Sube la mirada y en sus ojos brilla la chispa de unas elecciones en el Parlamento de Cataluña que el año que viene, por estas fechas, ya estarán al caerse.
    Después interviene Maria Badia que va y viene de Europa, de elecciones que se ganan y que se pierden, sobre todo de las últimas que las ha perdido la izquierda. Mientras tanto en la mirada del presidente brilla todavía aquella chispa que se había encendido hace unos instantes y que denota que él sabe cosas que los otros no saben. Posteriormente habla el nuevo presidente del Gobierno de Andorra, Jaume Bartomeu, obsesionado también con Europa y con el encaje financiero de su país en los estándares internacionales.
    Poco a poco el sol se ha ido oscureciendo, los muros de las casas han cogido lentamente otro tono y ahora es el turno del consejero Castells. La negociación de la financiación lo ha afinado pero se le ve risueño. Con un gesto un poco sacerdotal va puntuando las palabras con dicho estirado. Es el único que arranca aplausos espontáneos de los asistentes. Cita al presidente Tarradellas, al cual después también se referirá Raimon Obiols, para decir que “los responsables de nuestras derrotas siempre somos nosotros mismos”.
    Entre esta frase y el discurso posterior de Obiols, nace de repente el espíritu de este encuentro, el espíritu de Vilopriu. El objetivo fundacional de los socialistas catalanes era gobernar Cataluña, pero queda claro que el país sólo irá adelante si es un proyecto que aglutina a la mayoría de los catalanes y para remachar el clavo cita a Lluís Nicolau d’Olwer cuando decía que “Cataluña dividida no puede ganar”.
    El espíritu de Vilopriu pasa por reclamar esta unidad, pero también para trabajarla. Los meses que tenemos de antemano serán decisivos para nuestro país y también para una Europa que tendrá que encontrar la manera de salir de esta crisis con solidez. Los socialistas y los socialdemócratas europeos serán en buena manera responsables si saben superar su déficit de ideas y de ideales, y eso sólo se podrá hacer refundando las izquierdas.
    Una tercera refundación de los ideales progresistas que sólo se podrá conseguir apostando firmemente por el crecimiento económico pero también por la cohesión social, por el liberalismo político y cultural, por la solidaridad entre generaciones y, sobre todo aceptando su legado histórico, para que -tal como recuerda finalmente Obiols- el socialismo que corta sus raíces únicamente cumple el sueño de un idiota.

    Categorias: Política catalana, Socialismo | Sin Comentarios »

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