« El “monstruo dulce” y la izquierda | Inicio | EL PSC QUE QUEREMOS (Un documento de trabajo de Nou Cicle) »
Editorial de NC: El ágora tiene derechos!
Publicado por Raimon Obiols | 24 Mayo, 2011

A raíz de la obtusa resolución de la Junta Electoral Central, y por si no fuera suficientemente claro, los portavoces de los concentrados han declarado públicamente que no figura entre sus intenciones la de pedir el voto para nadie ni contra nadie, ni tampoco ninguna actividad destinada a impedir o dificultar la votación de la ciudadanía. Su intención es tan sólo la de hacer constar, mediante la concentración o la manifestación, la situación dramática en que se encuentra la gente que está recibiendo las peores consecuencias de la crisis económica, entre ellos una juventud más preparada que nunca pero condenada a vivir en precario.
La transparencia de estas intenciones ha sido captada por la inmensa mayoría de la ciudadanía, que no cesa de dar muestras de solidaridad con los concentrados, desde el que participan en las caceroladas nocturnas o ofrecen su colaboración especializada en uno u otro tema, hasta los bares vecinos o particulares que aportan alimentos a lo largo del día.
La Junta Electoral Central debe revisar su resolución o bien los gobiernos encargados de aplicarla deben forzar la interpretación, de modo que el derecho de concentración y de manifestación que no interfiere en el proceso electoral sea plenamente garantizado.
La asamblea no es la democracia. La democracia debe tener todas las garantías formales necesarias para que no sea el imperio de los clásicos “culos de hierro” asamblearios, porque la opinión de todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas, llegado el momento decisivo, valga exactamente igual, ricos o pobres, hombres o mujeres, jóvenes o viejos, obreros o campesinos, sabios de la academia o sabios de la vida, artistas o artesanos, religiosos o agnósticos o ateos, listos o no listos, charlatanes o meditativos …. Esta es precisamente la grandeza de la democracia.
La asamblea, sin embargo, es el ágora del común, es la deliberación libre y abierta de la que nació la democracia. Y es, seguramente, donde la democracia se regenera, en la medida que promueve la implicación colectiva de las personas, su solidaridad con los demás y la reflexión necesaria para poder enriquecer el debate. El ágora es la cuna de la democracia. Respeto por el ágora. El ágora tiene derechos.
Nou Cicle
http://www.noucicle.org/lhora/?p=4034
Categorias: Política catalana, Política española | Sin Comentarios »