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Un artículo del presidente del Partido Socialista Europeo (PSE)
Publicado por Raimon Obiols | 24 Julio, 2009

He traducido este artículo de Poul Nyrup Rasmussen, presidente del PSE:
Cambiar o morir:
¿Qué futuro para la socialdemocracia?
Los ciudadanos europeos han hecho su elección. El Parlamento europeo y la Comisión europea serán dirigidos por una coalición de derecha. La complejidad del proceso de decisión comunitaria así como los arreglos tradicionales crearán sin duda confusión entre los ciudadanos sobre quienes serán responsables de la orientación de Europa para los cinco años a venir. Pero los gobiernos y los partidos de la derecha europea, así como sus diputados en el Parlamento europeo, tienen que asumir ahora plenamente las consecuencias de su victoria pírrica, basada en unos niveles de abstención récord. Creo que decepcionarán mucho en los que les han hecho confianza en las elecciones del 7 de junio. Los dirigentes de la derecha europea, y en particular los del PPE, utilizan hoy a una retórica socialdemócrata para engañar a sus electores. Se han tomado compromisos sobre la política social, sobre la lucha contra el cambio climático, sobre la regulación de los mercados financieros y sobre otras cuestiones; no serán mantenidos.
La tradición de legislar por consenso perdurará sin duda en Bruselas y en Estrasburgo. Pero yo tengo la convicción de que ha llegado la hora de poner más en evidencia las diferencias políticas entre la izquierda y la derecha. ¿Después de este descalabro a las elecciones europeas, la socialdemocracia tiene que hacer como si nada hubiera pasado, tomando así el riesgo de ayudar a la derecha a confundir todavía más las fronteras políticas en los años a venir? No creo que ésta sea la vía a seguir. Para empezar, tenemos que luchar por nuestros compromisos de campaña: un nuevo plan de relanzamiento europeo y una reforma en profundidad del sistema europeo de regulación financiera. Pero, ya desde ahora, tenemos que ir mucho más allá.
La socialdemocracia tiene que renovarse. Los valores sobre los que hemos apoyado nuestros combates y nuestros éxitos políticos desde hace más de un siglo tienen que seguir siendo nuestra inspiración. Pero tenemos que repensar nuestro proyecto en el mundo de hoy, en perpetua mutación.
Tenemos que ser audaces, orgullosos de aquello que representamos y más eficaces en la manera de expresar nuestras ideas y nuestros proyectos. Tenemos que aprender a estar cada vez más cerca de la gente, de los que se sienten excluidos de la sociedad y ya no creen en la política, dar respuesta a sus miedos y a sus sueños. Nosotros, los partidos socialistas y socialdemócratas europeos, tenemos que trabajar juntos más que nunca. Tenemos que estar también abiertos a las personas y a las ideas progresistas más allá de nuestros propios partidos.
Pero todavía tenemos que ir más allá. Nuestro imperativo, hoy, es integrar en nuestro pensamiento político las dinámicas de un mundo en plena evolución.
- Es el caso del medio ambiente. Hemos luchado por la protección de los recursos naturales, de la biodiversidad, de la calidad del aire y del agua. ¿Pero como ligar eso con nuestros combates naturales por la justícia social y la igualdad? No hemos sido capaces de desarrollar una visión coherente a largo plazo por el desarrollo ecológico de nuestras economías y de nuestras sociedades. Si no conseguimos encontrar una manera de combinar nuestro combate de siempre contra las desigualdades con el medio ambiente, nos veremos obligados a hacer compromisos imposibles. Tenemos que alcanzar más claridad y credibilidad políticas sobre esta cuestión esencial que es el desarrollo sostenible.
- Es el caso de la economía mundial. Tenemos que encontrar respuestas mejores por los aspectos más nefastos de la globalización. Hemos trabajado para un sistema económico global más sostenible y más justo. Pero las desigualdades siguen siendo escandalosas. Y la creación de nueva riqueza ecológicamente sostenible, repartida más equitativamente, no responde a las necesidades de miles de millones de personas que hoy viven en la pobreza. Tenemos que encontrar nuevas respuestas a este reto mundial, y las tenemos que encontrar rápidamente. ¿Si no, cómo podemos pretender continuar encarnando el principal movimiento político internacionalista?
- Es el caso de Europa. Tenemos miedo a defender una Europa políticamente más fuerte. Nuestros discursos son vacilantes y a veces incluso contradictorios. Una vez más: si no llegamos a elaborar un proyecto claro y ambicioso por el porvenir político de Europa, podremos convencer el ciudadanos para que nos den apoyo para construir una Europa capaz de protegerlos en la globalización.
Hemos perdido unas elecciones, pero no la guerra de las ideas políticas. Sólo estamos al inicio. En los cinco años a venir, las instituciones europeas estarán dominadas por la derecha. Tenemos que utilizar este periodo para emprender un cambio audaz. Si lo conseguimos, los ciudadanos reanudarán confianza en nosotros, quizás para mucho tiempo. Si no triunfamos y, sobre todo, si rehusamos cambiar y continuamos como antes, moriremos.
La web de Poul Nyrup Rasmussen (en inglés)
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