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Václav Klaus y un exconsejero de Convergència
Publicado por Raimon Obiols | 16 Marzo, 2009

“Los catalanes que nos opusimos a la ratificación de la mal denominada y afortunadamente difunta Constitución Europea compartimos algunas de las denuncias de Václav Klaus y además tenemos propias. Él y nosotros merecemos más respeto democrático”, escribe Narcís Oliveres en El Punt.
“Es cierto” escribe Oliveres, que fue consejero de Convergència en el gobierno de la Generalitat, “que (Klaus) se mostró muy crítico con el sistema de decisiones de la Unión Europea, el arreglo institucional del que dijo que no era una finalidad en sí, sino el medio para alcanzar diversos objetivos; denunció el déficit democrático y la no consideración de otras interpretaciones de la crisis financiera”.
En cuanto a este último punto (las interpretaciones de la crisis financiera), Klaus fue muy claro ante el PE, y ha repetido hace poco sus argumentos en una entrevista que publica la revista francesa Politique Internationale: ” “Si je me réfère à ce qui se dit habituellement dans les médias, en Europe et aux États-Unis, ce serait la faute aux excès du capitalisme, à la politique de déréglementation menée depuis Ronald Reagan et Margaret Thatcher. C’est complètement faux”. Es una afirmación que comparten los fundamentalistas de mercado, neocons y ultraliberales, que dicen (desde mi punto de vista contra todas las abrumadoras evidencias de la realidad actual) que la crisis no se debe al mercado desregulado sino exactamente a lo contrario, es decir, a un exceso de democracia y de reglas.
Pero no es éste el aspecto que me ha sorprendido del artículo de Oliveres, que quizás está de acuerdo con Klaus en este punto, y yo no puedo más que mostrar mi “respeto democrático” para los políticos de la derecha que manifiestan esta posición, o se oponen frontalmente a las preocupaciones sobre el cambio climático, como hacen apasionadamente Klaus y Aznar. Donde ya mi capacidad de entender se acaba, es cuando el exconsejero convergente parece coincidir en la concepción europea del presidente checo. Oliveres tiene, naturalmente, todo el derecho, pero parece una coincidencia bastante incongruente, porque la visión del futuro europeo de Klaus está en las antípodas de lo que debemos defender desde Cataluña. Klaus es partidario de una Europa estrictamente intergubernamental y opuesta al reconocimiento de la subsidiariedad y del papel de las regiones.
Mirad, como muestra, las críticas del presidente checo al Tratado de Lisboa, tal y como aparecen en la entrevista en dicha revista francesa (las negritas son mías):
- “Fondamentalement, le traité marque un glissement de l’ « intergouvernementalisme » vers le « supranationalisme ». C’est très précisément ce à quoi je m’oppose“.
- “Le supranationalisme consiste à concentrer l’essentiel des pouvoirs de décision, d’une part, dans les mains de Bruxelles et, de l’autre, dans celles des régions. Or le traité de Lisbonne marque un pas radical dans cette direction“.
- “Je pense que l’entité « naturelle » où doivent être prises la plupart des décisions se situe au niveau de l’État membre. Ce n’est pas du nationalisme, au sens politique traditionnel du terme“.
- “Il faut admettre que ce sont les États membres qui sont les fondements de base de l’Union, et que ce n’est pas dans les individus ou les personnes qu’il faut rechercher ces fondements“.
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