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Prodi y Balkenende, en Estrasburgo
Publicado por Raimon Obiols | 24 Mayo, 2007
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Prodi vino ayer a Estrasburgo. El presidente del Consejo italiano dijo en el Parlamento europeo que su gobierno trabaja por un “compromiso elevado” que salve el máximo del proyecto de Tratado constitucional. Por contra, dijo, “si el compromiso no nos convence, lo aceptaremos”. Eso significaría, dijo, que “si se produjera esta situación, una ‘vanguardia’ de países se podría mostrar como la mejor manera de continuar por el camino de una unión cada vez más estrecha, a condición de dejar abierta la puerta a los que quisiesen unirse más tarde”.
Prodi se declaró convencido que un acuerdo de los 27 Estados miembros es posible, pero insistió que en caso de imposibilidad de avanzar conjuntamente habrá que plantearse la cuestión de “cómo progresar”. Llegados a este punto no sería aceptable que algunos Estados reticentes “limitaran demasiado y durante demasiado tiempo las aspiraciones de los otros”. “No creo”, concluyó, “que sea imprescindible que avancemos todos conjuntamente y a la misma velocidad”.
Las cuestiones esenciales que el gobierno Prodi defiende mantener en el nuevo Tratado sueño “el reforzamiento de la política exterior y de seguridad con un ministro de asuntos exteriores, una Presidencia estable del consejo europeo, la extensión del voto por mayoría calificada, la superación de la estructura de tres pilares y la personalidad jurídica de la Unión”. Prodi se opuso a los que contraponen una “Europa de los resultados” a las necesarias reformas institucionales. El reforzamiento de las instituciones europeas, dijo, es indispensable si se quiere conseguir una “Europa de resultados” capaz de plantar cara a los retos de la globalización, tanto de cara adentro (defensa del modelo social europeo, desarrollo de un verdadero espacio de libertad, seguridad y justicia, etc.) como de cara afuera (cambio climático, energía, lucha contra el terrorismo, etc.). “Por esta razón” dijo, “no estoy de acuerdo con los que continúan contraponiendo la necesidad de producir resultados a la necesidad de reforzar las instituciones. Es justamente para producir más resultados de que deseo y lucho por unas instituciones más fuertes y eficaces”. Insistió en el hecho de que, para los 18 Estados miembros que ya han ratificado el Tratado, renegociarlo a la baja sería “un sacrificio enorme, con un precio muy elevado a pagar”. Hoy ha sido el turno del primer ministro de los Países Bajos, Jan-Peter Balkenende, que tiene que manejar la situación creada por el “no” en la Constitución europea de sus conciudadanos. Como no podría ser de otra manera, ha pedido, sobre todo, la máxima prudencia: “Hay que seguir con el método de Jean Monnet: pequeños pasos adelante, de alcance concreto”. Ha insistido al abandonar el término “Constitución”, que según él motivó el “no” holandés, para que se un término que “se vincula al Estado nacional y simboliza la identidad nacional”.
Más allá de eso, no ha sido demasiado concreto. Ha pedido que se añadieran al futuro Tratado unos criterios para eventuales futuras ampliaciones y se ha pronunciado por la ampliación del voto por mayoría calificada, pero subrayando que “no se puede ignorar que la población teme el abandono del derecho de veto” en el Consejo europeo.
El presidente del grupo socialista, Martin Schulz, ha replicado lo siguiente: “Prodi nos dijo que quiere la totalidad de la Constitución. Usted nos dice que quiere sólo la mitad. Esperamos que se pueda llegar al 75 por ciento: sería una constitución sin himno (la Novena sinfonía lo resistirá), sin bandera, y un ministro de Asuntos exteriores con un nombre diferente: no dejaría de ser un buen resultado”.
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