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Georgia: irresponsabilidades repartidas
Publicado por Raimon Obiols | 21 Agosto, 2008

Iba a poner por título de esta nota “Georgia: responsabilidades repartidas“, pero me parece que es más adecuado el qué he terminado escogiendo.
Ayer tuvimos una reunión extraordinaria de la Comisión de exteriores del PE. Habíamos invitado a Jean-Pierre Jouyet, secretario de estado francés para los asuntos europeos (presidiendo el Consejo europeo), a la ministra de asuntos exteriores de Georgia, Eka Tkeshelashvili, y la presidenta de la Delegación del PE para las relaciones con los países del Cáucaso del sur (nuestra colega Anne Isler Beguin, que viajó a Tbilisi y Gori, en pleno conflicto). Nos expusieron sus puntos de vista, y como la sesión fue a puerta cerrada, yo no querría cometer la indiscreción de resumirlos.
Si puedo exponer, en cambio, los míos. Se resumen exactamente en el título de esta nota: me parece que no es exagerar la crítica el decir que ha habido una secuencia de decisiones (y de indecisiones) de una gran irresponsabilidad, repartidas entre los actores directos e indirectos del conflicto. Irresponsabilidad (delirante, incomprensible) el ataque georgiano a Osetia; irresponsabilidad, la respuesta desproporcionada de los rusos; irresponsabilidad, la política de la administración Bush, que ha alimentado las tensiones en la región y, más en general, en las relaciones occidentales con Rusia; irresponsabilidad europea por la falta de política, las indecisiones, las divisiones (solo en parte compensadas en esta última etapa).
Los hechos son conocidos: después de unas semanas de tensiones y provocaciones en Osetia del sur (por parte de las dos bandas, la pro-rusa y la georgiana), se produjo, la noche del 7 al 8 de agosto, un ataque militar georgiano que produjo una respuesta rusa fulminante. La desproporción militar generada fue tan grande que el gobierno georgiano aceptó rápidamente una iniciativa de cese del fuego por parte del presidente de turno del Consejo europeo (Sarkozy), que viajó a continuación a Moscú donde, desprendido de una dura negociación de cinco horas consiguió el acuerdo ruso. Es un acuerdo clásico de seis puntos: renuncia al recurso de la fuerza, cese de las hostilidades, libre acceso de la ayuda humanitaria, retorno del las tropas georgianas a sus lugares anteriores al conflicto, retirada de las tropas rusas en sus emplazamientos anteriores, y adopción de medidas de estabilidad política). Se ha criticado a Sarkozy por no haber conseguido un acuerdo de las partes con respecto a la integridad territorial de Georgia, pero creo que eso no habría sido posible (hay que tener siempre en la cabeza el precedente de Kosovo) y que hay que felicitar al presidente francés por su celeridad y por la obtención de un acuerdo que, aunque hay que ver como se aplica, ha significado de momento el cese de la lucha, ha detenido el vertido de sangre y ha evitado una tragedia mayor, que era perfectamente posible.
Ahora, naturalmente, se presta una atención preocupada a la retirada comprometida de las tropas rusas, y las noticias son contradictorias. El repliegue se retrasa, y no hay que ser un experto para ver que se está aplicando una “explotación del éxito“, en términos psicológicos y de destrucción de armamento e infraestructuras… Mi previsión es que se retirarán, pero que toda posibilidad del gobierno georgiano de recuperar el control de Osetia del sur y de Abkhazia ha quedado eliminada.
P.S. hay un par de artículos de ayer que recomiendo, ni que sea para compensar el mainstream crítico con los rusos que domina en nuestros medios: un artículo de Sergio Romano en el Corriere della Sera, y uno de Mikhaïl Gorbatxov en el New York Times.
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