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La COPE y las Pinturas Negras
Publicado por Raimon Obiols | 12 Marzo, 2008

¿El hecho que un partido que utiliza como eslogan electoral la frase “¿Indeciso? Escucha la COPE cada mañana” haya obtenido los resultados que ha obtenido el PSC tendría que hacer reflexionar a los responsables de la COPE. Es posible que lo hagan, pero no me atrevería a hacer ningún pronóstico sobre a qué conclusiones llegarán. Desde un punto de vista digamos de distensión ambiental, sería positivo que rebajaran la agresividad. A ellos también les iría bien: la mala leche no es buena para la salud.
Hoy leo en El País una crónica que reproduce en parte una entrevista del cardenal Cañizares, de Toledo, al Corriere della Sera (el cardenal cree que Zapatero lleva España “al desastre”). En cambio, no he visto en la prensa española ninguna referencia a las declaraciones del director de la COPE, José Luis Restán, y a la entrevista a Joaquín Navarro-Valls, que publicaba ayer el Corriere. Son textos interesantes (también nosotros tenemos que reflexionar), y por eso me permito reproducirlos extensamente.
Dice Restán (“sonriendo amargamente“, según el periodista, Aldo Gazzullo) que “es obvio que no estamos en las vísperas de una guerra civil, pero con Zapatero ha empezado una segunda Transición, que no pretende solamente reescribir la historia, sino remodelarla. Muchos en el PSOE no piensan como él, pero callan, y ahora con mayores motivos. Zapatero y los suyos no aman la historia de España. La consideran triste. Detestan a los Reyes Católicos, que han construido el país. Reniegan de la evangelización de las Américas, presentada como una empresa criminal. Rechazan la tradición cristiana, reducida a la Inquisición y a los autos de fe. Presentan la guerra civil como una confrontación entre buenos y malos. Ponen en discusión incluso la monarquía: ¡Zapatero ha llegado a decir que Juan Carlos va bien porque es un rey casi republicano!“.
Restán considera que el PP “es un partido laico que no ha librado una batalla cultural con la izquierda. Zapatero podrá continuar ahora su revolución cultural laicista, apoyada en el cambio de las Escrituras: no ‘la verdad os hará libres’, sino que ‘la libertad os hará verdaderos’. Es un lema de la Juventud socialista, y es la línea del gobierno que una mayoría de los españoles ha aprobado. Los deseos se convierten en derechos: matrimonio homosexual, divorcio relámpago, aborto. El hombre y la vida social son una página en blanco, materia informe a modelar sin límite por el poder político y mediático. Un poder como el descrito por Pasolini, que no se impone con la violencia sino de manera sutil, hábil, ambigua; un poder como el pintado por Goya en las Pinturas Negras. El Estado, más que la historia, remodela el individuo, educándolo en el laicismo desde la escuela. La victoria de Zapatero es la victoria, cuarenta años después, de la cultura del 68″. (Navarro-Valls no se aleja de estos análisis: el del PSOE, dice, “es un socialismo completamente ideológico interpretado en clave claramente anticristiana”).
Escribí en este bloc, hace unas semanas, hablando de la desregulación moral, que “la sarcástica y paradójica contradicción de las derechas actuales es que no cabe factor tan corrosivo por los valores más proclamados por los conservadores (familia, comunidad, religión, patria, etc.) que las fuerzas implacables del neoliberalismo, y sus efectos culturales, de carácter consumista y materialista”. Estas declaraciones de Restán y de Navarro-Valls, en las que la palabra mercado simplemente no existe, me parece que muestran hasta qué punto van lejos de mellas en sus “batallas culturales”. No es el pretendido “relativismo moral” de los socialistas sino la efectiva y concretísima desregulación moral del capitalismo neoliberal y globalizado (la sociedad del mercado, el consumo y el espectáculo), aquello que estos exponentes católicos tendrían que criticar, y no una pretendida “revolución cultural laicista” de ZP o unas clases de educación cívica.
Categorias: General, Política española | 1 Comentario »
Marzo 31st, 2008 at 13:08
Estimado Sr. Obiols.
Conservadores y liberales observan la cuestión moral desde perspectivas diferentes. Este congénito daltonismo de la izquierda respecto de las distintas sensibilidades de la derecha (o de todo lo que no es izquierda) hace que sus eternas objeciones se guíen por patrones caducos. Patrones que siempre les llevan al mismo puerto común del pensamiento progresista; el nacional catolicismo y el franquismo como leit motiv en su adversario político.
El pensamiento liberal considera la moral como algo perteneciente al ámbito de la libertad individual. Es por esto que no formula premisas morales. Sin embargo observo que la izquierda tiene para esto una doble vara de medir (como para muchas cosas) la que le permite relativizar diversos valores cuando no le interesan para obtener el poder (que un niño no pueda estudiar en la lengua de la nación a la que pertenece se convierte en un valor “relativo”) y sin embargo consideran ustedes “educación cívica” que la formación de la oipinión de los alumnos incluya la noción de que el liberalismo es mercantilista y alienante. Ignorando además el resultado histórico de las ideas que tanto tiempo han patrocinado frente a los resultados del capitalismo y la doctrina liberal. Hechos son amores.
Pero lo más preocupante de su discurso, es la mención a la “desregulación moral del capitalismo neoliberal”. Porque una cosa hubiese sido decir que le parece censurable la ausencia de referencias morales. Esto es comprensible. Pero al traicionarle su subconsciente hablando de “desregulación moral”, deja nítido el carácter totalitario del comentario. Por esto para ustedes es tan importante EpC, porque les permitiría establecer el marco en el que ustedes consideran aceptable que se muevan los pensamientos y la conciencias.
Su problema con la iglesia no es el de la libertad de culto. Ni mucho menos. Ni el monopolio de la religión. Su problema es que la Iglesia Católica ocupa hoy día un espacio que ustedes consideran propio; el de la dictadura de la moral.
Ni Orwell podría haberlo dibujado tan precisamente como usted mismo.
Saludos.
Rog